Me dedico a

Suena el saxo y despierto...

apenas recordaba ya que desde ayer vivo debajo de un puente.

me dedico a ayudar al tiempo pasar.

me dedico a sobrevivir como una cucaracha más.

me dedico a olvidarte, hacer que mi locura no vaya a más.

me dedico a dejar el pelo crecer.

me da verguenza ir a cortarmelo con estas pintas.

me dedico a gritar en plena oscuridad ya que asi no hace falta correr.

escribo en los arboles y para que con los dias su corteza logre sorprenderme.

me tapo la cabeza y nadie sabe de mi en las puertas de cualquier portal.

mis pies son conocidos por todos, nunca nada mio fué tan famoso.

despierto y es un nuevo dia en el que ser invisble verdugo.

no tengo a nadie con quien reunirme, me reuno con la ciudad y no es poco...

no tengo un interruptor atraves del cual apagar la luz de las farolas del fondo

eso es cosas del pez gordo que vive dentro de los jardines de palacio...

como por comer siendo este un factor secundario de mis penurias.

el complemento menos importante despues de tantos meses siendo nada.

aunque es seguramente la cosa menos importante y esta dejando lista a mi vida.

sin fuerzas y adentrandome en este suelo de marmol recuerdo el dia que me dijiste que volverias.

fué en esta esquina, tardarias poco, vendrias enseguida...

me dedico a ser yo y no entremezclarme entre la gente como uno más.

quizas por eso tengo poco dinero, quizas por eso soy unico en un banco.

el que todos miran cuando ven en su puerta, todos hablan de mis pertenencias...

me dedico a no recordarte, a cerrar mis heridas poco a poco y sin alcohol.

mira que intenté vivir entre rejas pero no puedo, ese no soy yo...

me dedico a esperar que la vida me ofrezca un buen suelo donde no morir congelado.

un banco comodo, un carton que no huela a pescado de mercado.

unas palabras, una mirada pentetrante, una mano, una cuerda que me saque del pozo.

mi historia quedó sin argumento ni desenlace, se dejó llevar, no tiene objetivo.

vivo a merced de ti aun sabiendo que mis esperanzas son leyendas que acabaran cuando acabe mi abandonada vida.