iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

miércoles, 6 de julio de 2011

El vinilo de la vida




Esa canción no es mi historia, dejó de ser compatible conmigo las letras de otros
Mis noches fueron amargas y las de otros no son motivos para adosármelas de nuevo
Que gire el vinilo de la vida que lo que ayer fue triste hoy es ritmo ocasional… […]

Esa canción ahora se hace corta, tengo tanto camino que zanjar cada ciertas horas contadas
De repente soy otra, pasan veinticuatro con todos sus minutos y me llama la fuerza con todas sus ganas
No hay caminos, son sendas, cortas y rápidas, de bajones y subidas, una segunda vida…
A la que aferrarme no es la cosa, gira y gira el vinilo y aunque pretende dejarme fuera con sus vueltas
Siempre tengo un terrón de alegría que me saca y simplemente me dice por quien tengo que luchar…

La aguja se aprieta a mí, solo ella sabe como darme cuerda siendo ahora yo un disco
Que hace bailar melodías a corchetas bailarinas, de día en forma de rock de noche se calman en un profundo soul
Medio tiempo de balada necesaria antes de cerrar los ojos y dar las gracias, las gracias por poder seguir girando!

Me amenazan, me ponen la zancadilla, me susurran malicias sonrisas y despierto
Hoy soy yo quien puede frenar el girar y no lo voy a parar, tengo punto de apagón
Pero los niveles van por buen camino, a medio río, a media playa y aunque hay barrancos
Me la juego lo justo, mi cuerpo me pide compasión y como cosa de dos le hago caso
El cambio no podrá con todo un resto que en su día ya conseguí dejar como caso cerrado
Fue largo el camino prematuro y no hay nadie más, aparte de mi, quien pueda alargarlo

Suena la canción Surrender cuando menos ganas tengo de hacerlo
Sin alas vuelo, y sin ganas venzo a todo aquello que a cuesta se pone
Pero es que se interpone y en esta noche de verano se apetece sin saber hacerle frente a los no
Por muy bonito que suene a veces no se puede y caigo, nunca volveré a ser y me planteo el sentido
Pero no me da tiempo a probar el suelo porque toca que suene Días de verano
Entonces percato y descubro que no, no quiero perder el tiempo en cambiar destinos ahora mismo
No hay lágrimas que paren todo un mar, y aunque las tenga no las voy a desechar
Hoy me convierto en niña de ríos que va a media armonía, a un ritmo que no necesita esperas
Siempre que vengas estaré tranquila, siempre que me esperes me volveré amena…

Y no, no me lamentaré, sigo viva, como ya en su día conseguí, que tengo que reprocharle a nadie
Siempre se dijo que los baches no impiden nunca que llegues a la meta de los campeones, el primero o más tarde…
Llegaré, yo llego, estoy llegando a un paso dulce que no sabe lo que son las interferencias
Porque mientras giro camino, mientras sueno sueño con “el más”, ese que no hay que despreciar, solo alcanzar

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