iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

sábado, 15 de octubre de 2011

Silencios



Ya no hay nada que nos una, se estiró demasiado la tira, tanto que llegamos a reventarla
Y cuando algo revienta por los cuatro costados… despídete de recuperar nada
Quedan recuerdos, si, que ya no me saben a nada, siempre serás la misma persona
Presente futuro y pesar, así pesa el pasado cuando te da igual los otros tiempos que han y están por pasar…

Silencios que se hacen fuertes con estos cascos que te alejan de mi, no tengo un buen día, como ayer…
Volumen veintinueve, resaca del quince y otro día, cada vez duele menos, creo que ya no duele…
Y como siempre, mi cara te dice lo que quiere, darse con espaldas y tragarse los cantos de los dientes
La cocina se hace enorme y en estos 3x3 cabe un tranvía con toda su gente, los silencios hacen a todo grande

Volverás ciego y seré yo quien no te vea
Con tus maletas, llenas de cosas bien puestas
Sin esa compañía, a la que ya le tuvieron que dar premio a la resistencia
Volverás con silencios que se calcaron en la pared de aquella casa
Que a saber lo que pasó la pobre escuchando tus burradas…

Nadie me hace caso por eso me agarro a esta cara de pocos amigos y a los silencios
Que brotan de ella cuando ya no puede más, cuando de nada sirve haber avisado con tiempo que vendría una tempestad
Ahora el resumen de la tragedia me suena a comedia y me salgo del anfiteatro como el que no escucha
Y te digo antes de irme: esto es algo que ya predije y como siempre… no me hiciste caso

Escucho los llantos de lejos, yo soy cuerpo de algodón que corre por un campo de amapolas y no quiere saber ya nada
Crecen los silencios, el rojo se come lo verde, el verde le pide piedad a mis dedos descalzos pero no es mi historia, dejó de ser mi dilema
Cuando el problema de otros se convirtió en mi quebradera, no valieron mis palabras y ahora opto por los silencios
Silencios después de un millón de voces diferentes en grados y modales, silencios agradables que suenan a violines compasivos
Que ya no me valen, pero que suenen y así calmen a todos estos espectadores que parecen hartos de estupefacientes

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