iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Libélulas de agosto




Se acercan, posan y se posicionan y entre sus alas veo la cristalina de mil ventanas
Que reflejan tres mil expectativas más de tamaños y siluetas
Renazco del agua, vengo de rozar la profundidad y salgo, mis branquias respiran
Soy de aire y menos de agua, aunque escurridizo me alío con las corrientes marinas
Se hace el azul, me abro de brazos y piernas y delimito el fin del cielo y el mar…
De aquí nadie pasa, ni hacia abajo ni hacia arriba, yo y la gravedad acuática

Ahí vienen las libélulas de agosto, en su tonalidad fuego
Se dan el aire de resurgir con cada aleteo que despliegan
Nunca quedaran en rescoldo al borde de la piscina
Su naturaleza las oxigena cuando el sol y el año en su pasada mitad aprietan
Y vuelven, así vuelven ellas hechas autenticas mujercitas
Con su vestido de temporada, la ultima fiesta antes de morir secas…
Nunca saben que los veranos se acaban, siempre brindan por una última
Y hasta las botas acaban besando la tierra, cuando ven que la cama ya esta hecha
Y septiembre pela a los árboles de hojas, hojas que crean perfectas camas…
Hojas que tiñen de amarillo al cielo más movedizo por corrientes aéreas

Se hace invierno ahí fuera y yo bajo agua sé que se empieza murmurar
El goteo sobre el cristal de estas aguas tranquilas me impide ver que es lo que se planea
Bajo agua te espero con la única paciencia de sobresaltarte cuando estés distraída
Este agosto no me iré sin haberte cazado para mi colección, esta vez no morirás sola
Te ofrezco la pequeña posa de agua que quepa en mis manos arrugadas
No te asustes, mi piel vivió en un letargo de profundidad en tu espera, sé que contigo se recuperará
Te escribí mil letras y estoy deseando que las oigas, no sabes lo que fue tu ausencia
Lo que fue distraerme con moscas que no me aguantaban un solo día

Ya esta aquí el rastro de purpurina roja de las libélulas de agosto, dibujan corazones por el cielo
Atraviesan tu nombre en ellos y no se dejan atrapar, vuelan a la estratosfera, donde mueren sin oxigeno
Te me escapas y no te puedo acariciar, tienes triple visión y es tu ventaja, tu habilidad te rompetechos
Siempre encuentras hueco y amenazas a mi agosto con inviernos, siempre echándote de menos...
No lo sabes pero te preparé la trampa, la que te dejará cerca de mi cama todos los minutos que vivas
Ya sufrí bastante, secaste toda la cola que te dejé, prendiste mis mil redes, ya no hay piedad…
Dormirás expuesta al flexo, clavada bajo un cristal que te dejará ver como el resto vuela
Nunca mas allá de esa alcayata que sostiene este retrato de naturaleza cazada
Mi premio, mi pequeña reacia, la que siempre se rió de mi agilidad… agosto y las libélulas que nunca llego a cazar

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