iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

martes, 24 de julio de 2012

Intro: Amelie / La Délicatesse (el comienzo del después...)


INTRO

Amelie hace figuras espontaneas con sus manos
Se pinta la cara y bajo su boca dibuja unos ojos que hablan
Se cuelga unas guindas a modo de pendientes rojos
Imita a su madre y los ojos guiña...

Amelie besa a los espejos y deja como recuerdo a sus labios
También sella gestos, agradables y serios
Hace un laberinto con las fichas del dominó
y luego sin esperarlo lo derriba con sus dedo corazón

Amelie se tapa la boca con una hoja y sopla
Se pone las gafas de su abuela y no ve nada
Coge la cámara y se inmortaliza...
nunca más será tan joven como hasta ese momento...
A sus manos les dibuja bocas y ojos, y hace que hablen
Ella nunca habla...

Amelie roza el borde de las copas medio llenas y hace música
bebe leche a pajita, a sorbos, en cantidades distintas
Amelie se retumba los oídos porque odia el silencio
Se quita restos de los dedos y gira monedas
Amelie tira de una serpentina,
Se come de una vez diez fresas, una en cada una de sus yemas
pudieron hacer de sombreros o de pamelas....



La Délicatesse

Pasas por todas las etapas de mi vida, de pequeña, cuando reía, dudaba, cuando lloré…
Como solo tú sabes, con la delicadeza que no encontré en ninguno
No eres perfecto, eso lo sé yo con creces, pero quien va a venir a confirmármelo
Si yo cuido tu permanencia como un cofre que no quiero que me roben
Y aunque no llames la atención lo seguiré haciendo para que nadie llegue a descubrirte

Tampoco quiero que te toquen porque no me hago la sueca y sin hacer muecas doy plantes
Nadie sabe, nadie comprende y después de tres inviernos sé lo que es volver a querer
Quien tendrá la poca delicadeza de venir a decirme que no lo estoy haciendo bien?
Si el aire que respiro y sale de ti es bueno y con ello yo me siento feliz plenamente
No, no necesito más que tu permanencia, siempre cerca como el proyecto ciento catorce…

Nunca te dije cuanto es que corrí, huyendo de mí, de la ausencia de él
Pero siempre supiste que guardaba algo sin haber visto mis ojos antes
Es la delicadeza de la que te hablo, la que fue capaz de romperme sin dañarme nuevamente
No hizo falta decirte que desde entonces esperaba a alguien como tu, y tú supiste esperarte
Al ser valiente y permanecer intacto tras mi enloquecido beso inconciente

Tus manos son distintas, lo sé, del calor que desprenden ya no sé que decirte…
Solo tú irías a mi pelo de vacaciones, solo tú haces bonito cada palabra con su instante
Solo yo, después de tanta falta, podría enamorarme tan a poco de alguien tan grande
Sabes de mi memoria, no sabes de tu capacidad al borrarme la mayoría de esos mares
Por los que navegué sin barca ni brújula, sabiendo lo que buscaba perfectamente
Sin encontrarte directamente… mi cuerpo supo que eras tú el comienzo del después

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