iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

jueves, 2 de agosto de 2012

Huyo, de huir (Desenlace: Moscas)


Huyo de ti aunque no me quede combustible en ese aparato que es tanto de salvarme
Huyo porque no quiero mas temerocidades, si hago mal o bien por hablarle a alguien
Huyo de ti porque no aguanto la presión de las persianas medio bajadas
Dando bocanadas que parecen que a fueran a ser las ultimas

Huyo porque merodearte es el clima tenso que hace sentirme un preso
Huyo porque te odio, odio tu forma de utilizarme y dejarme solo
Como si estuviese desnudo, no entendiendo nada, volviéndome mudo…

Huyo y te rehúyo porque es lo tuyo, quedar siempre por encima mío
Y como ya se de qué va esto me callo y le tiro
Huyo sin querer hacer otra cosa que no sea correr
Alejarme de la pantomima del que constantemente se lo cree…
Huyo porque tú no sabes hacerlo en condiciones
Y cuando eso: resulta que hay que alabarte

Huyo como si el único escape de aquí a mi tranquilidad fuera el de unos alambres a medio tensar
Huyo porque el resto aquí ya da igual, todos supieron nivelar la balanza con sus ventajas y preferencias
Huyo porque si algo no va en tus coordenadas dejas marcas con el zumbido de las paredes
Huyo porque me gustas más cuando eres ser de voz, sea como sea, nunca de voces

Huyo porque no tengo a quien quiero, entonces es que ni me la juego
Si fuera cuestión de presencia y cuerpo ni me lo pienso
Huyo porque aquí ya está hecho, por ahora y para siempre
No seré yo quien cambie el Apocalipsis de cien metros cuadrados en el que habitamos y combatimos
No, ya no seré yo…

Huyo porque el dolor de estomago hace convertirme en algo así a un feto de antes de tiempo, indefenso y sin recursos para decirle la verdad de este mundo
Este por el que tú vas saltando, aparentando y haciéndote como el que no ve a nadie
Huyo porque me mojé los pies, me corrí un seco bosque y ahora la dentera me puede
Por mucho que te escupa esto no se pone suave…



Desenlace: Moscas

Abre, que entren y nos coman las moscas
Yo huyo y te dejo un arsenal de ellas, que sé que te encantan…
Que te cuchicheen a la oreja, que el aleteo por tu cara te mate a bofetadas
Moscas en la sopa, cagando en el borde de tus copas, poniendo huevos en tus pestañas

Moscas de por vida, que te acompañen siempre aunque superemos los 1.500 caracteres
Moscas que te dibujen una falda de tono granada, siempre a punto de estallar, sino no vale
Falda tan vistosa, falda con diez mil seiscientos treinta y dos ojos que te miran a la vez
Y te llevan hasta la locura de la que nunca tenias que haber vuelto…
Moscas camufladas en tu pelo, regocijándose sin importarles si se las ve
Déjalas, yo las invité a quedarse, hasta desesperarte…
Por mucho que abras las ventanas ya es tarde, tienen ya todo el poder, el de no querer largarse

Moscas buscando colores y olores a la desesperada
Te dejé puesta la mesa con un mantel con toda su gama, del verde al naranja
Luego, una vez que se revuelquen por la cena, le darán la bienvenida a tu boca
Porque estas, listas de etiqueta y por naturaleza, saben del hambre que siempre manejas…

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