iNTRO

Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
aquellos versos una vez vividos. Jose Martín.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El empeño



El empeño es que te quedes, que conserves, des vida a lo inerte y me deleites
Y aunque caigo y me arrastro por suelos mojados… nunca lo sabrás
Porque contengo el aire y las lagrimas aunque con ello provoque tormentas en mis quejidos grises
Porque se nubla, y cuando sale el sol quema todo a quemarropa en una de esas playas que solo tienen vida a la luz del dia
Con el sol como arma blanca, de esas que te dan por la espalda, sin esperar, derepente…

Me empeño en seguir tus huellas, tan difíciles y perdidas últimamente
No imaginas cuanta vida hay detrás de dos pequeños cristalinos que presentan el verde
Toda la esperanza que da un bosque, aunque en ocasiones todo su interior asuste bastante
Porque aunque no hay apenas nadie… a las voces no les dan por callarse
Y a mi me da por inhalarme hasta el infinito y más allá, siempre pensándote…
Mis dedos buscan tu calor corporal y haciéndose los tontos te tocan, sienten hasta imaginarse

Yo callo y trago, trago de segundas y exploto como cualquiera que tiene al cuello todo el mar
No quiero que te vayas aunque a ti sé que te aburre, los días y su gente, el insistir, mis cosas, la mayoría de ellas calladas…
Pasan dos horas y tampoco fui capaz, la cuenta atrás ya aprieta y la horca se alza mostrándote otra despedida vacía
A que poco me sabe una eternidad cuando tú estas dentro de ella y de repente se termina

Tanto empeño hace que la presión me lleve hasta obsesionarme
No sé que harás pero te imagino sin verte, donde estas, que haces…
Mi boca inquilina quiere alquilarte clandestinamente, echar un rato de “nadies”
Pero nunca tengo tiempo de enseñarte mis papeles, decirte quien soy realmente
Y con lo puesto me voy, cargado de inquietudes, con tu último gesto por delante
Y maldiciéndome tres mil veces seguidas y faltándome tiempo para repetirme
Que aunque el disfrute dure, no soy realmente este a quien ves entonces ¿de que me sirve?

Aunque si, aunque tu cara sea la cascada que nunca me cansaría de mirar
Porque dentro de toda su belleza… nunca suena igual
Se me pasan las horas en cualquier cosa que lleve tu sello, por muy estupido…
Debe ser amor, tanto rojo, tanto apretón, tantas ganas de algo no debe ser típico
Tanto miedo a la parada del mundo si a ti te pasara algo… no puede ser normal…

Palomitas negras hacen cola paredera por la escalera
Entristezco aunque todas tengan de fondo un resplandeciente blanco dentadura
Pienso en ti como en las ultimas veintitrés horas y ya pesa…
Me duele tu cara y todo lo que esta significa, otra vez noto lo que es ahogarse sin pisar el agua
Plántate delante, acurrucate gato y solo dime: ya era hora

El empeño es porque siempre acabas regresando, cuando estoy a punto de irme, cansado y abatido
Siempre acabas hablando y dándole toques de vida a esta a veces rendida, haciéndola que se quede
Con otro tanto de gramos de esperanza pura que en un trance agonizante vuelve a darle pulsos fuertes
Olvidando lo que me maltrata pensar; que yo soy opción para ti y tu para mi preferente…

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