Silenciosamente llego hasta ti, sin querer despertarte, queriendote amar
jugar un rato al raton y la gata...
pero te duermes, me aburro y me cueces, me hago blanco por el efecto de cocción.
esta tarde me la juego si me encuentro a otra por la calle.
mis ganas empiezan a convencerme, de que no hay nada que hacer, que necesito otra gata.
de rodillas me voy hasta el sofá y es que no pillo el sueño.
se me va, no me adentra, lo absorbiste tu y tu desgana.
te dormiste, placidamente y tontamente junto a ese frio libro.
sale el sol y hace cerrar mis ojos tras estas cortinas.
me adelanté a la alarma del reloj... no le daré el gusto de sonar.
lo apago y continuo en un segundo dia consecutivo.
despiertas y no estoy y creo que hasta te dió igual.
abandoné el lecho de muerte con tus luces de fondo.
con extintor en mano me da igual ya cualquier acto incendiario.
la pena de uno mismo hace crecer duendes de agua.
para luego ahogarlos en cualquier charco.
nadie nunca dijo que fuera bonito pero a mi no me da la gana.
dejo de lado esas pastillas y sin ellas me encuentro.
de sopetón, esperandomelo, sin pelos de tonto.
se acabó, se echó a perder la cosecha de estos años.
me iré al extranjero a comprar algo de mejor calidad.
te dormiste y yo dejé de empalmar dias vacíos.
corté el grifo en plena sed y te dejé con lo puesto...
no me llames que no me vuelvo, no me grites que no te oigo.
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