La dueña del mar

Me siento sola cada vez que te vas
Desdibujo mi sonrisa permanente y me das que pensar
Esta cabeza enamorada no puede borrar tu silueta
Desecho del día todas esas veces que pasé sin aproximarme
Siempre tan inocentemente, maniquí detrás de un escaparate…

Añoro tu mano, la de amante, la que me agarró fuerte durante cierta estancia
Esas manos que me dejaron marcada
Quien soy yo después de tanto sin sabor
Como te digo que este sentir viene de lejos, de donde la vergüenza tiene nombre y apellidos

Grito al mar y a su dueña, pero siempre de forma callada
De la que duele, como a pleno sentimiento in love, cada vez más constante y arraigado
Pero este mar no entiende de olas y solo quiere nadar
Viene y va, contando conmigo, pero no de la misma forma
Yo ahora mismo no sé nadar y esta sin fuerzas se ahoga…

Necesito descansar y abrazarme a su dueña, soñar que me deslizo por sus palmas
Pero resulta que ella sufrió al deshacerse de la luna más puñetera
Y hoy no quiere marineras con ganas de estrellas…

Una vez fuimos gaviota y sirena, y no sé que elemento haría el milagro
Pero desde entonces no te recuerdo de otra forma
Vivimos el día a día pero yo me quedé en aquella última caricia
Desde entonces no duermo por culpa del palpitar tranquilo que desprendes
Ese que a mime pone tan nerviosa…

Yo tengo la suerte de mi lado porque no te perderé pase lo que pase
Yo tengo el privilegio de verte cuando nadie
Yo tengo el valor de no soltarte pase quien pase
Yo tengo todo pero no te tengo y el todo me sabe a poco…

Lo que pase de ahora en adelante me lo beberé en sorbitos de para siempre
Porque las cosas contigo son algo más que cosas

Nos paramos en el rompeolas y allí se produce el clímax
De la ira del mar y mis ganas por agarrarte de otra forma
Las risas llegan al coral brotante de la más lejana profundidad
Y aun asi me tengo que callar… no es el momento de prometerte la vida
Y aunque no me faltan ganas, yo necesito seguir disfrutando de mañana, contigo.