Nadie sabe

Nadie sabe que me quedo con tus ganas.
tener que dejarte llega a ser algo mas que impotencia.
con la que trago, la que se me atraviesa y no baja...
nadie sabe lo que es llorar a conciencia...
cuando te cae el toldo de la noche encima.
y no hay que baje las persianas...
nadie sabe que es amarte de esta manera.
en la que no recibes mas que esquinas y desavenencias .
por tu parte que me esquiva de manera irracional.
de la misma forma que me empiezo a deshidratar.
me bebo los mares y su maldad...

por que te crees que no te dejo?, porque no ves que en realidad es que te quiero...
porque no sabes que te daria de comer con mis manos.
porque no sabes muchas cosas de todo esto que si no...

seguire siendo ese solitario de naipes grises, de corazones a lo sepia.
el que sigue a tu sombra y se rie por no llorar.
el que tiene todo para ti y se guarda toda posible pista...
el que vive por ti y muere a su vez sin ganas ni creyendo en un posible resucitar.
si no vas a estar daré por acabado ya cualquier futura trama.

nadie sabe de mis noches y sus proposiciones indecentes.
quererte es eso, pensarte hasta reventar, reventando y pensándote.
sin limite ni cuenta en el numero de veces, el desahogo puede enloquecer.
cuando nunca tienes bastante, cuando lucho contra mis manos por sentirte
sin llegar a encontrate...
nadie sabe el motivo de mis cicatrices, nadie se lo pregunta.
me araño en ocasiones en las que las paredes se pasan estrechándome.
percepciones en las que me siento mas ancho que lleno de felicidad.
nadie sabe a que sabe el pensamiento de mis dudas y sus condenas diarias.
el significado de las cruces en mi calendario y el rojo de los dias de fiesta.
cuando se va la esperanza de haber podido tener oportunidad...
las que no consigo, las que se me van sin haberte llegado a tocar.

por que te crees que contigo me rio? tiene el doble sentido que no te digo.
por que no iba a creer que contigo todo es maravilloso ante cualquier olvido.
por que no sabes muchos de mis motivos por lo que te rozo disimulando el delirio.

seguiré queriendote, de lejos y en perspectiva, en silencio y tapandome las calladas.
las que te gritaria en bocanadas desproporcionadas y en desgañitadas dañadas.
hasta que te encontrara en esa montaña que nos separa con sus dos picos y sus heladas.
de donde vengo y a donde hiberno las noches de verano en las que suplico lluvias.
donde te llevo y como sanguijuela te arranco de mis secas piernas.
hartas de caer y desquebrajarse las rodillas siempre por el mismo lugar.