La magia de los duendes

Ya no somos niños, crecimos y nos reproducimos
Mi recuerdo te conserva como esa pequeña que me acompañó
Siempre queriendo ir de las manos, siempre seguros
Nuestros derroteros fueron por campos distintos

Yo fui gaviota, tú quisiste seguir siendo estrella…
Pero siempre cerca del mar, guardando el secreto de las perlas
Como bien prometimos por mucho que el tiempo nos hiciera crecer…
Siempre mantendríamos la magia, la magia de los duendes
Aquellos que resultaron ser ranas, pero que más da después de tal aventura
El destello que hoy recuerdo como eso, un momento de los buenos
Aunque sean pequeños los flashes que recuerdo, es el inconveniente de vivir un cuento
El trato que hicimos siendo jóvenes en aquel lugar virgen en el que brotamos

Puede que piensen que perdimos el tiempo, que jugamos al incierto
Pero cree, como yo creo, que esto fue la introducción hacia el paraíso
El descarte del cuerpo equivocado, apoderarse del cuerpo amigo
Siempre supimos por donde saldríamos, mas tarde o temprano
Nunca me hice el cuerpo, nunca tuviste el valor de acabar con él de un zarpazo
Entonces dices que nunca lo hiciste antes y alargaste el adiós cuatro años y un pico
Ese que me llevo colgando por las calles más abarrotadas y yo muriéndome de gusto
Mientras daba pasos en tu contra, mientras más rápidos eran, más pronto nos encontrábamos

Luego vendrían los duendes a darnos un par de tirones
Y nos dimos cuenta que las cuerdas tirantes pueden pasarse una vida sin ceder
Entonces te dí mi mano como antaño y nos colamos en aquellas calles
Expuestos a la gente que le gusta entrever, y asi nos vimos, vistos por los atardeceres
Dándote de fumar mientras no se puede parar de recordar que hicimos con el ayer
Hoy no damos explicaciones, nadie entendería este cambio de sentido con su derrape
Por lo que ahí vamos, hablando y dando de hablar por el simple hecho de acercarme
Otros intentan adelantarse y llegan tarde, todo esta claro entre estos duendes…

Por mí y por todos mis compañeros

De mis pies brotó un árbol que con ganas apuntaba al cielo de los fuegos artificiales
Empezó reptando, limpiando los suelos, siendo paciente y educado
Ni de un palmo fue su altura y de contenida esperanza supo como rompería la capa mas baja
Troposfera, serás mía en cuanto salté varias piedras y mi cuello luzca erguido como entonces
Mientras tanto lucho con lobos en la ladera de Minneapolis, la zona de más escombros
El lugar donde nadie me conoce, la maldita costumbre de crucificar en esta semana
Yo que inocente dejé clavos y fíjate luego, me rifan para colgarme, aunque no esté…

Mientras vuelvo, doy pasos seguros, con calma y cara, como si de una estrella me tratase
Soy fugaz y no me entretengo a contrarrestar, demasiada rápida es la vida ya
No seas malo, sé menos bueno me dijo mi abuela mientras me cubría con su chal de croché
El que empapé de tanta lagrima insolvente, sin culpa ni medios, con bulla y sin remedio

Desde entonces no volví a caer, nadie consiguió ser tan fuerte ni lo suficientemente convincente
Para hacer caer los pilares de mi única oportunidad, esta vida, la que se tomaron el lujo de tambalear
Y ante la cual fue el silencio sordo el que convirtió todo en millones de añicos de cristal del malo
Ese al que le da aires estando encerrado y amargo… nunca intentes ser naranja siendo limón

Fui pájaro cazado, de los heridos… caracol tocado de los que dejan rastro húmedo
Fui recuerdo, tu recuerdo silencioso… pensamiento que siempre permanece distraído
Por hacerte un favor, por sentirme mejor conmigo mismo, tú y yo tan amigos
Fui valiente y gané el porfiar a un delincuente que nunca quiso verme en su atraco

Fui maravilla con un ocho en el dedo y apuntando al infinito desde el corazón
Siempre tan al filo del hilo de las caídas más repentinas, las que cortan el amor
De las que te recuperas pero crees morir de por vida durante segundos
Fui afortunado por tenerte durante tanto tiempo, fui rayo, sol y demás privilegios

Nunca te pongas de puntillas al lado del amigo, ni olvides el secreto que te contó
Nunca desvistas tú otra vez aquel momento de desnudo ni lo desprovistas de pasos seguros
Llegue a una plaza repleta y me convertí en epicentro de una celebración
Y lo único que se me ocurrió fue sonreír, por mí y por todos mis compañeros