El 80%

El 20% lo forman tú y tus cosas, todas esas cosas que sin haberlo esperado no me duelen
Nunca pensé en decirte adiós, nunca, lo sabe bien dios
Porque si quiero, quiero hasta indagar en lo seco, me arrastro y te regalo cualquier pieza de oro que encuentre
Pero resulta que contigo fui yo la que me sequé, sola bajo una lluvia de tarde sin interés
Si me quieres quiéreme, si no lo sabes… nunca me retengas por que no hay tiempo

Creía que hacíamos malabares a la vez con nuestros besos, pero resultó que siempre estabas atento a que alguno se me cayera…
Entonces cayeron, aquel día que no planee… y ahí fue cuando me asaltaste con cosas que siempre callaste
Porque si observas como un zorro agachado siempre surgen los fallos y tener, los tengo a pares
Hay fue cuando decidí que irme sin recogerlos era lo mejor…
Pero por amor propio me di media vuelta… quería coger alguno de esos
Para dárselos en forma de perdón a quienes olvidé por un tiempo, por darte solo a ti todo mi tiempo

Entonces deje se ser tonta y me fui a recoger veintiún besos, los que siempre esperé, a los que nunca me atreví antes
No sabía muy bien por donde andabas tú, solo sabia que me sentía más joven que nunca
Que me faltaba cara para que pudieras elegir donde podías dejar sellada tu boca
Entonces comprendí que esta vez sería diferente, esta vez no me iba a preocupar
Me iba envuelta en el perfume de mi vida, el momento de mi existencia fue capaz de teñirte

El resto comienza a cobrar importancia, el valor que siempre le dí a mis alrededores
Y que por amor in extremis siempre acabo dejando ahí esperándome…
Y yo que siempre tengo solo ojos para mis don Juanes, malditos usurpadores de corazones
De tacón en arena y melena en alza dejó atrás a todos esos pétalos que siempre acaban secándose…
La única dirección iba a ser la que fuera en vía recta, difuminando exteriores

El 80% pinta alegre, tengo colores para grafitear todo un tren, montarme en el y largarme
Sin pañuelos blancos ni despedidas desesperadas a pie de ventana, aquí no valen las lágrimas
Solo quiero los brazos de alguien que me entienda y sepa apretarme, que yo sepa responderle…
Y eso lo encuentro todos los días cuando doy el toque que pueda rescatarme, nunca comunica, podría vivir en alzas
Sin rozar el suelo y sin posibilidad alguna de poder contagiarme, tranquila y sonriente
Ya no hay nada que haga lamentarme, tras superar el principio del fin todo me sabe a todo menos a calabazas
Agujeréame y amordázame aunque no lo necesite… nunca volveré a reprocharte nada de mi suerte
Ella y yo juntas y fuertes por este campo de girasoles decapitados… siempre tengo esperanzas, siempre llevo en mis bolsillos pipas…
No tengas miedo pequeño yo te daré los pasos a dar, el poco valor que tiene el preocuparse por otra vida que no te aporta más que pena