iNTRO
Este blog no es un diario, paginas a rellenar en lo que hago en mis días.
Nuestra vida no es más que millones de versos ya vividos, aventuras,
historias de idas y venidas, lagrimas y alegrías inesperadas.
Una vez vividos... nos disponemos a recordarlos,
a veces al escribir un texto en un rato,otras veces de por vida.
Aquí encontrarás lo que no buscas,
la historia más simple te hará recapacitar,
la más tonta se te hará familiar, la más mal sonante te aliviará en un mal día...
Nada de lo que se escribe aquí se refiere a mi,
a la vez sus frases soy yo en su totalidad.
Sin dedicaciones al final de cada texto, de cada canción muda,
como yo las llamo, cada uno tiene su sitio,
en las que me incluyo a mi mismo al pasearme por estas historias...
Quien me conoce sabe el por que de esto,
el desahogo de años acumulando documentos en el ordenador
y perdiendo tantas cosas entre formateo y formateo...
No pretendo que le guste a nadie, no pretendo nada perfecto,
solo un rocío de letras que lanzadas al aire hablen de muchos de los que paséis por aquí,
o de aquello que fue y no queremos olvidar...
Por eso seria muy gratificante que al menos una de estas historias te llegue,
la interpretes, la hagas tuya y por que no,
que te emocione (nunca viene mal esto de depurar por muy deprimente que suene...).
Espero que encuentres algo aquí que cuando salgas te haya hecho pensar
en algo que quizás ya habías olvidado,
miércoles, 16 de marzo de 2011
El haber
Porque no, esto no es felicidad
es una post ansiedad por haber creído tenerte
y por irme asi de tu cama, haber tenido todo a mano... irme sin nada
rozar el ya y acabar como otro dia de cabezas derrotadas
con una cavidad pequeña en la que meterme y sentirme entre tus sabanas
acurrucarme fuerte al manto de nieve, sentir que me abrazas por detrás
ese abrazo que abriga, esas sabanas que con su pelo me roza
y me hace estar a salvo, cerca de lo tuyo, lejos de mi realidad
te busqué desesperadamente a altas horas
todo lo que podia suceder a partir de ahí debía de ser a escondidas
el silencio me perseguía de forma descarada y el muelle crujía sin importarle nada ni nadie
pero no te encontré y solo fueron cosas de tu haber con las que me conformé
imaginando y volando llegué a estar tan lejos pero tan cerca de tu piel...
me revolqué como un cerdo, estar entre tu olor resultó ser el paraíso lejano
donde estaba yo conmigo, con tu haber estado y su permanencia en sustrato
con mi capacidad de querer cogerlo todo, con un extremo miedo
no quise dejarte pruebas aunque te hubiera dejado una carta bajo el edredón
que al descubrirlo encontraras mi confesión de amor incompleto
mi silueta marcada en forma de recuerdo, un hueco preparado para tu cuerpo...
la ultima revisión a lo que quizas nunca más tengo la suerte de poseer
a veces es tan frustrante tener todo y no poder tocar, es tan dificil quererte
que a veces preferiría buscar un motivo para odiarte que sentirte de esta forma que es
el haber creído tenerte y despertar con la necesidad de marcharme cuanto antes...
antes de que despiertes quiero estar muy lejos de este cuarto perenne que se me cae
no es invierno pero tampoco verano, pero la frialdad que me corre empieza a matarme
corre como el sentimiento que surge al verte, se frena como un rayo de reacción que me dice detente
esta balanza es demasiado pequeña y empiezo a desvariar
no consiento estar arriba y tan cerca de al rás
me voy y te me vas, mi silencio me delata y tu te callas
suena la sinfonía final al estar a punto de abalanzarnos
y de repente silencio, se enciende la luz, se acabó la fiesta...
no aguanto tantas caídas, si, me da miedo la profundidad de mi cabeza
se deja llevar y yo la dejo que vaya, pero no tenemos punto ni fecha de llegada
y mientras tanto esta ruta acaba con mi pellejo y sus municiones
hago gemelos y creo callos entre los dedos meñiques, los más débiles,
los que están a merced del resto de la gente, esa de la que a veces rehúyen
y de la que no saben esconderse, aunque estando tu... poco importa quien se acerque...
y ahi quedo yo, ahora dentro de lo que es tuyo y fue mio por poco
sin querer dejar rastro, de puntillas, milimétricamente colocado
sabrás que estuve alli, sin verme, me verás en lo oscuro del haber estado
nunca sabrás que fue de mi allí y asi temo quedarnos con las ganas
de yo habértelo contado, de que tú lo sepas algún día... porque quizás si que tienes ganas
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